EL FUTURO DE LA CONECTIVIDAD DE LAS
ORGANIZACIONES

Organizado por Redes&Telecom

INTRODUCCIÓN

La digitalización, los modos de trabajo híbridos y la nube han incrementado exponencialmente las necesidades de conectividad y también la complejidad de las redes, lo que está haciendo que éstas tengan que evolucionar rápidamente, para adaptarse a estos cambios.

En las organizaciones de hoy, altamente distribuidas, proporcionar conectividad fiable y segura en el extremo es una prioridad. Gartner en su informe The Distributed Enterprise Drives Computing to the Edge, habla de cómo la transformación digital está llevando a las empresas a expandir su perímetro hasta el infinito, lo que genera importantes retos de gestión, seguridad y fiabilidad.

Por otro lado, un informe de IDC sobre tendencias en tecnologías de red resalta asimismo la importancia que el extremo de la red está tomando como consecuencia de la digitalización y los nuevos entornos de trabajo híbridos, y concluye que a medida que las organizaciones digitalizan sus procesos de negocio, la conectividad nunca ha sido más importante, especialmente en el extremo de la red. Esto ha sido una dinámica constante en los últimos tres años en el mercado de redes de campus, de sucursales y redes perimetrales.

Por ello, hoy más que nunca las organizaciones necesitan proporcionar conectividad segura y fiable a todos sus entornos de red, desde la red de campus y el data center hasta las ubicaciones remotas y entornos cloud y WAN. Y además necesitan hacerlo sin que la complejidad asociada a estas arquitecturas híbridas tenga un impacto negativo en el rendimiento de la red, la seguridad o la capacidad del departamento de TI para operarlas de forma eficiente.

El objetivo final, por tanto, debería ser conseguir una reducción de la complejidad a través del aprovisionamiento automatizado de los servicios de red, y una mejora del rendimiento de aplicaciones que facilite un control inteligente y total visibilidad. Todo ello teniendo en cuenta a la seguridad y la necesidad de minimizar las amenazas e intrusiones. ¿Es fácil de conseguir?

Para responder a esta cuestión, Redes&Telecom, en colaboración con Extreme Networks, ha organizado un almuerzo de trabajo con clientes. En el debate participaron representantes de los ayuntamientos de Alcobendas, Madrid y Rivas Vaciamadrid, de energéticas como Cepsa y Galp Solar, del Hospital 12 de Octubre, Madrid Digital, el Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) y de las universidades Carlos III de Madrid y la UNED.


PROTAGONISTAS

“Los CIO han de enfrentarse a los cambios externos e internos que sufren las organizaciones. La dificultad para gestionar las TIC y las redes cada vez es más compleja en una empresa infinitamente distribuida”

EXTREME NETWORKS SPAIN

Javier Jiménez, country manager España

“Una empresa infinita necesita un provisionamiento rápido de servicios y eso es lo que ofrece una arquitectura fabric: una abstracción de la infraestructura física que nos permite dotar de seguridad, elasticidad y microsegmentación a la red”

EXTREME NETWORKS SPAIN

Francisco García, director of Systems Engineering - Southern EMEA


CONCLUSIONES

LA EMPRESA INFINITA

Tan sólo han pasado 6 meses desde que se empezó a hablar de ChatGPT y ahora acapara titulares, conversaciones y desvelos. Este prototipo de chatbot de Inteligencia Artificial desarrollado en 2022 por OpenAI es una muestra de la velocidad con la que se producen los avances tecnológicos y lo poco que tardan en “incorporarse” a las organizaciones. Y aunque muchos expertos hablan de que este modelo de aprendizaje ultra potente todavía es muy incipiente, que está en un proceso inicial, que adolece de limitaciones y que debe pulirse y definirse, muchas organizaciones han empezado a coquetear con él, entendiendo que hay detrás de él, para estudiar su utilidad en el negocio.

En otras palabras, en poco tiempo se usan cosas nuevas para dar servicios nuevos. El mundo cambia muy deprisa, la transformación digital progresa a pasos agigantados -tras el impulso innegable que supuso la Covid-19- y en todo este maremágnum de innovaciones cada vez cuesta más estar al día.

La empresa se convierte en una EMPRESA INFINITA en la que los empleados trabajan desde cualquier lugar y desde cualquier dispositivo con aplicativos de reciente aparición. Y esto dibuja un entorno complejo de gestionar en tanto en cuanto no sólo se tiene que dotar de los mismos servicios a todos los trabajadores, sino que hay que hacerlo de manera uniforme y rápida. Una problemática común que comparten todos los sectores. Es esa nueva movilidad por la que las compañías necesitan brindar conectividad segura y fiable a todos sus entornos de red, con una gran dificultad añadida: el perímetro se prolonga también hasta el infinito… Precisamente, proyectos de SD-WAN permiten provisionar servicios desde el extremo, sin necesidad de administración, con menos recursos, solventando, pues, muchos problemas.

RETOS: TALENTO E INTEGRACIONES

Pero no son los únicos escollos que hay que salvar. Atraer y retener talento es un auténtico desafío para las organizaciones. Existen dificultades de relevo generacional con plantillas que no se han modificado en varias décadas y también dificultades de respuesta a las demandas de los jóvenes profesionales que tienen otras peticiones en mente (mejores sueldos, elevada movilidad, etc). Esa falta de recursos humanos es grave y lo peor es que no se sabe cómo se va a solventar.

En el otro lado de la balanza, lo que trajo consigo la Covid-19 ha sido la profesionalización de la profesión. Ahora hay muchos más roles, más especialistas y los de TI son bien recibidos en las altas esferas para tenerlos en consideración en las decisiones de negocio. Nunca han estado tan cerca de negocio como en la actualidad y es que es importante que los profesionales TIC estén en los consejos de Administración e incluso en la política. Se ha demostrado que las TIC no son una commodity y a los tecnólogos se les valora más porque son el centro de todo, pero, haciendo honor a la verdad, siguen siendo pocos. Un tema bastante preocupante en el sector público donde hay muchos eventuales e interinos. Además, en este ámbito fundamentalmente hay que invertir mucho en la formación y la capacitación digital de los usuarios, que sepan un poco más de lo que es la tecnología para ellos. Es la doble cara que tuvo la pandemia: por un parte aceleró la digitalización de los servicios públicos, modernizando los puestos de trabajo; pero, por otro lado, supuso un enorme trabajo de aprendizaje que todavía continúa porque no puedes acelerar la transformación digital si no tienes los elementos adecuados. Hay que pasar de ser los fabricantes del Fórmula 1 a ser el Fernando Alonso. Por eso es importante contar con un delegado digital, un embajador, un traductor… hacia el ciudadano -que es el que impulsa los cambios de tecnología y cuyos intereses se debe conocer-, y las necesidades del negocio. Figuras satélite y coaches digitales que ayuden y acompañen en esta transición. Porque no hay que imponer, hay que convencer. Y es que la Administración Pública es un modelo heterogéneo con diferentes velocidades y el vehículo para transformarla son los contratos, los famosos pliegos de los concursos públicos.

Asimismo, otro gran reto al que se enfrentan las empresas de diversa índole son las integraciones de soluciones. A la hora de la verdad, en el momento de poner en funcionamiento la maquinaria, aparecen problemas de conectividad entre diferentes herramientas operativas. Nada se conecta con nada cuando se sabe que eso es posible. El conocimiento tiene que existir en la organización porque no se trata simplemente de implementar una nueva tecnología, hay que trabajar sobre ella.

Más allá de talento e integraciones, se impone una realidad aplastante: ¿cómo estar al día de lo último con la celeridad en la que surgen nuevas soluciones? Es decir, cómo asimilar la velocidad de cambio. Los departamentos TIC no son capaces de acomodar las novedades al mismo ritmo que se producen y usan. Cada vez hay más aplicativos y esto entraña riesgos, no ya de ciberseguridad, sino de desinformación.

“En la nueva realidad de EMPRESA INFINITA, las organizaciones necesitan proporcionar conectividad segura y fiable a todos sus entornos de red”

AUTOMATIZACIÓN E IA

La cuestión es que ante este mutable y frenético horizonte los fabricantes de red se afanan por ofrecer soluciones de extremo a extremo que permitan dar respuesta a estas acuciantes exigencias de incorporar lo nuevo en un abrir y cerrar de ojos, en tiempo real. Unas demandas que se enrevesan todavía más si a la ecuación sumamos la aparición de un nuevo usuario: las máquinas de IoT (Internet de las cosas), que exhiben un escenario diferente en el que los objetos y sensores también piden su parcela de conexión. Como elementos centrales de las smart cities y los smart buildings, los dispositivos IoT se colocan en el punto de mira como soluciones “fácilmente jaqueables”.

Así, como bazas para conseguir desplegar servicios de una forma ágil y segura, habilitada para replicarlos independientemente de la ubicación y el dispositivo, podemos mencionar la automatización intrínseca y la Inteligencia Artificial. Son ejemplos de cómo la tecnología puede ayudar a abordar estos desafíos de las compañías. Y es que la IA estará cada vez más integrada en las empresas como herramienta de soporte, para reducir incidencias en base a experiencias anteriores y otras aplicaciones. Su empleo se ha popularizado y se utiliza para la gestión y la operación de las redes empresariales brindando información sobre lo que los clientes y usuarios están haciendo con ellas, percibiendo situaciones que un humano no podría apreciar en tan poco tiempo, modernizando la correlación de eventos y aconsejando canales de comunicación que proporcionan una mejor experiencia de uso.

HIPERSEGMENTACIÓN, CLAVE DE LA SEGURIDAD

Pero en esa idea de empresa infinita en la que los empleados y usuarios no siempre están ubicados donde esperabas, la seguridad es otro factor importante. La protección de datos en sector críticos como Sanidad, que se encamina hacia una auténtica revolución con la telemedicina y la teleconsulta, a llevar el hospital a las casas de los ciudadanos, a la monitorización de pacientes crónicos 24x7, etcétera, resulta vital. De hecho, para hacer de este objetivo una realidad han de soportar una presión ante la exposición de aplicaciones clínicas al exterior en la que el balanceo de riesgo es clave.

Esa presión también la padecen otros sectores como el de las Utilities, Educación o la misma Administración Pública que maneja una cantidad ingente de información. La seguridad es trasversal desde el mismo momento en el que el perímetro se ha desdibujado, se ha roto, y el BYOD (Bring Your Own Device) está a la orden del día. Nadie está libre de un ataque, por eso es decisivo contar con suficientes medidas para predecir e ir actuando en consecuencia y detener la amenaza.

Afortunadamente la tecnología ha evolucionado aportando soluciones como EDR -que recopila y correlaciona las actividades que se suceden en varios endpoints-, y XDR -que amplía el alcance de la detección proporcionando detección, análisis y respuesta no sólo en los endpoints, sino también en las redes, servidores, cargas de trabajo en la nube, SIEM y mucho más-. Y también la hipersegmentación que se presenta como la respuesta que hace posible la protección de las comunicaciones, ya sean de personas o de objetos. No en vano, es necesario realizar una buena analítica de los datos que transitan por las redes, poder paquetizar el tráfico para lograr un uso eficiente y seguro de las conexiones.

En este sentido, durante la crisis sanitaria se enfatizó el uso de VPN (virtual private network), como redes privadas de seguridad de emergencia que garantizaban que las comunicaciones no se caerían. Pero su efectividad sólo se demuestra si se circunscribe su uso a unos pocos usuarios. Poniendo un símil es como si fuera la llave de una empresa, que no la tienen todos los empleados, sólo unos pocos. La tendencia se dirige a hacerlas desaparecer y a imponer el doble factor de autenticación. Se está dando el paso hacia VDI, infraestructura de escritorio virtual, y políticas de Zero Trust.

LA RED COMO CORE

Sea como fuere, la seguridad se tiene que ver de forma holística. Y la red es el punto por donde fluye todo. Por esta razón, los fabricantes de red trabajan para que se filtre el tráfico en una primera capa de acceso. Las arquitecturas fabric hacen posible esa hipersegmentación a nivel de aplicación. Con una arquitectura tradicional consigo llegar al recurso y el recurso me deniega que entre. Hay es donde puede explotar la vulnerabilidad. Estos modelos antiguos tienen uno varios dispositivos centrales que gestionan todo el tráfico de datos y esto puede provocar cuellos de botella que ralenticen las comunicaciones.

Así pues, la red debe ser una parte activa integrante de la seguridad capaz de segmentar usuarios (cuanto autenticas al usuario, le identificas); e integrarse con otras herramientas como antivirus, firewall… Y hacer todo esto de forma automatizada.

En definitiva, hoy en día la red cobra protagonismo en las empresas, por fin se habla de conocerla, de definir su arquitectura con un ojo en el negocio… Son las tuberías y deben ser amplias para proporcionar una mejor latencia y un mayor ancho de banda que precisan los nuevos servicios. Respecto a estos, la calidad es primordial. Aunque no todo necesita la misma calidad: no es lo mismo la conexión que se requiere para realizar una transacción económica que para enviar una imagen de anatomía patológica.

Y estas redes, que están en el core, se dirigen hacia modelos gestionados gracias a los cuales las organizaciones pueden centrarse en su actividad sin preocuparse por actualizaciones, mantenimientos ni operativas. La red se convierte en un habilitador que permitirá a las empresas realizar mejor sus tareas, siempre y cuando se cuente con el proveedor adecuado.

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