REDES
INTELIGENTES
Hoy en día vivimos un momento de plena transformación de las redes. El informe Global Network Report de NTT 2022-2023, basado en una entrevista realizada a más de 1.300 profesionales de redes empresariales a nivel mundial, pone de manifiesto la necesidad de modernizar la red para permitir el crecimiento de las organizaciones. El análisis destaca 5 puntos importantes sobre esta materia:
1. Red y transformación digital. El 93% de los encuestados reconoce que los retos más urgentes de la organización en materia de negocio y transformación digital pueden estar relacionados con la red y de hecho se ven directamente afectados por ella; 9 de cada 10 empresas grandes están aumentando la inversión en redes para apoyar la transformación digital.
2. Estrategia empresarial y de red. El 94% está de acuerdo en que las cargas de trabajo basadas en la nube exigen una mayor disponibilidad, escala y rendimiento de la red; sin embargo, cerca del 50% aún no ha alineado su estrategia de tecnología y red con sus objetivos de negocio.
3.Tendencias tecnológicas que impulsan el cambio. 80% de los encuestados están adoptando nuevas tecnologías emergentes, de las cuales la gestión de redes basada en la nube, AIOps y 5G privado son las tres principales prioridades de inversión para los próximos dos años, sin embargo, 7 de cada 10 luchan por mantener el ritmo debido a la creciente deuda técnica y la falta de experiencia.
4. Gestión de la red. El 89% de los ejecutivos de TI tienen preocupaciones operativas sobre la ejecución de redes complejas e inteligentes mientras cumplen con los requisitos de seguridad y regulación; el 90% prefiere subcontratar a un único socio estratégico.
5. Futuro de la red. El 90% de los altos ejecutivos cree que las innovaciones de las TIC, como las AIOps, la automatización y el análisis predictivo, tendrán un enorme impacto en el Network delivery y es necesario invertir en ellas ahora para preparar las redes del futuro de 2025 y más allá.
Asimismo, según Cisco, un abrumador 91% de las organizaciones reconoce la importancia de ofrecer experiencias excepcionales a los empleados para lograr resultados empresariales inmejorables. Así, a medida que más organizaciones adoptan un modelo de fuerza de trabajo distribuida e híbrida, la red campus se convierte en una parte crítica de cualquier infraestructura troncal digital puesto que proporciona conectividad para los empleados, los clientes y, cada vez más, las cosas, todo ello vital para ofrecer experiencias excepcionales.
Sin embargo, el diseño, el despliegue y el mantenimiento de una red segura y ágil que siga el ritmo de las necesidades cambiantes de la empresa puede tener sus dificultades. Se requiere experiencia para poner en marcha los componentes básicos de la red, como la infraestructura cableada e inalámbrica, los controles de acceso y las defensas de seguridad. También se necesita experiencia en capacidades modernas -como la automatización, las AIOps y los análisis- para supervisar y gestionar el entorno de forma óptima.
Por estas razones las compañías se están dando cuenta de las ventajas de subcontratar las operaciones diarias de su red de campus a un proveedor de servicios gestionados con gran experiencia en este terreno. De esta manera las organizaciones pueden centrarse en su negocio, fomentando sus competencias diferenciales.
Para debatir en profundidad estos asuntos y conocer cómo están abordando las empresas los cambios en los patrones de consumo de estas arquitecturas, Redes&Telecom con la colaboración de Samira & Sineb y el apoyo de Cisco y NTT ha organizado un encuentro con clientes. A la cita acudieron representantes de Atresmedia, Heineken España, Merlin Propierties y Merck Group.
Las arquitecturas de red han evolucionado a nivel mundial de manera radical como consecuencia de la pandemia de tal forma que ya no se habla de un antes y un después de Cristo, sino de la Covid. Las empresas se encuentran en un proceso de transformación en aras de aumentar su competitividad. Todas las organizaciones que quieran asegurarla han de llevar a cabo sus estrategias de digitalización antes de 2025, pero esta tarea no es fácil ya que se enfrentan a dificultades de diversa índole. Desde NTT advierten 5 grandes retos para los CIO como son el teletrabajo (BYOD, espacios físicos que ya no utilizo…); la tecnología por sí misma (continuamente están surgiendo avances como las redes 5G, por ejemplo, pero, ¿cómo las gestiono?); las aplicaciones (que ahora están distribuidas y aunque estén en la cloud han de poder administrarse), la IA (aplicada a la parte de red permite adelantarse y crear patrones e identificar lo que está afectando la infraestructura, lo que hará posible realizar automatizaciones) y la sostenibilidad.
Por su parte, Cisco realizó una encuesta mundial a CEOs de diferentes empresas para determinar qué esperan y cómo será la evolución en las redes. Según este estudio la compañía ha constatado que cada vez más flujos de trabajo se están llevando a la nube, aunque las instalaciones en casa de cliente siguen siendo muy potentes. El hybrid work está en auge. Se está demandando que haya una relación entre las redes y que dejen de ser silos logrando que las operaciones de cloud y de red utilicen las mismas herramientas, se hablen. Asimismo, existe una constatación de los mundos IT y OT y cómo las compañías quieren que sus redes de OT sean tan ágiles como las de IT. Igualmente se pide una mayor visibilidad para conocer si está la red preparada para negocio. Junto a ello es muy importante que sea sostenible y que pueda consumirse como un servicio -network as a service- mediante una solución que encaje con las necesidades de la empresa.
Los desafíos que tienen ante sí las redes empresariales son muy grandes, pero hay uno que está a la orden del día: la convergencia entre IT y OT. Este proceso causa muchos quebraderos de cabeza en la actualidad y recuerda mucho a la aproximación entre la telefonía tradicional y la telefonía IP de hace 25 años, un conflicto que logró armonizarse de tal forma que la VoIP ya está totalmente consolidada.
En este desafío de alinear los mundos de las Tecnologías de la Información y las Tecnologías de la Operación hay que lidiar con el legacy, los costes ocultos de la cloud, la latencia y las redes privadas.
Cada empresa tendrá unas necesidades específicas y optará por diferentes propuestas tecnológicas que se acomoden a su negocio. Trasladar muchas aplicaciones del ámbito OT a la nube es muy difícil no sólo por precio, sino por gestión, y son las alternativas de edge computing las que están siendo más aceptadas. Muchas soluciones que se emplean en esta parte de operaciones son sistemas antiguos, difíciles de modificar y convergir con lo nuevo. Es la obsolescencia de los equipos lo que hace de palanca para muchos proyectos. Aunque la adopción de la cloud sigue creciendo, el on premise sigue sólido en las empresas e incluso cada vez hay más compañías que han dado marcha atrás en su viaje a las alturas. Hace falta la LAN para edificios inteligentes y el tiempo de respuesta se antoja fundamentar para muchos entornos.
La crisis sanitaria y la necesidad del trabajo en remoto fue una prueba de fuego para las redes que España superó con sobresaliente. Sin embargo, el consumo de la red anterior a la Covid-19 y el que hacemos hoy en día es completamente distinto. No es que sea más compleja esta infraestructura, es que se demanda más de ella y de las aplicaciones que soporta, como Teams que antes se utilizaba sin cámara y ahora no. Hablamos del teletrabajo y las reuniones virtuales, la visualización de contenido en streaming o el aumento de las videollamadas y los juegos en línea.
No sólo se trata de un mayor ancho de banda para millones de usuarios activos. La evolución de las redes debe contemplar flexibilidad y cobertura; soportar nuevas tecnologías, más servicios y funcionalidades; y a la par que sea rápida, intuitiva y sencilla para el usuario. Porque este usuario sabe más, es más exigente. Y que sepa más hace que sea más compleja la gestión. Aunque, por otra parte, también facilita la labor de los CIO porque conoce qué tráfico, cuándo lo quiere y cómo.
Ante esta situación el interrogante es: ¿cómo encaja una red antigua que me funciona con estos nuevos requerimientos de los usuarios, de consumo de red y de su visualización? ¿Y con los requerimientos actuales de las redes industriales? La cuestión no es tanto resolver la problemática actual, como el que estemos capacitados para lo que tenemos montado responda a lo que venga en futuro.
Debido a esos nuevos hábitos en el consumo de las redes, los gestores de las mismas demandan que estas infraestructuras sean más inteligentes, pueda automatizarse y aporten visibilidad del tráfico. Lo cierto es que esa automatización y la incorporación de la Inteligencia Artificial se está realizando en la parte de procesos, pero no en la red porque, en muchos casos, hay otras prioridades empresariales.
Se suele ver la red como un centro de coste, como una commodity, y la red es importante en los procesos. Todo el mundo se olvida de ella hasta que empieza a haber un problema. Las organizaciones son conformistas y piensan que si con lo que tienen se están cubriendo sus necesidades, para qué van a hacer otra cosa. Pero tienen que empezar a trabajar de una manera distinta para montar las bases para que la red empiece a responder de una manera inteligente porque la demanda de conexión se va disparar y en muchos entornos no se pueden permitir una parada en la producción.
Pero, de primera mano, el coste es importante y cuando más quieres desplegar la red, más decisivo es este factor. Y no es lo mismo implementarla para una oficina, para una fábrica o para una smart city. En el ámbito OT se está recurriendo a equipos de menor gama y más baratos. Aquí interviene una cuestión ya no tanto de coste, sino de conocimiento por lo que se debe convencer a negocio.
Normalmente todas las empresas intentan huir del opex (gasto operacional), o tenerlo muy controlado. Pero hay casos en los que se justifica mucho más el device o infraestructura como servicio y plantear el empleo de la red como una utility que voy a operar de forma sencilla bajo un modelo as a service.
Hasta ahora se hace mucho foco en la implantación del servicio, en el coste de montar un equipo… pero no hay que olvidar que un proyecto de network es bastante más largo porque son infraestructuras que tienen que durar mucho más. Ahí es importante la parte de IA.
Mientras tanto, la tecnología no para. Nuevos estándares Wi-Fi, 5G, redes privadas… cada uno de estos desarrollos tendrá su caso de uso particular en función de las necesidades de cada empresa. Pero esta variedad de opciones, a la que podemos sumar la definición de un entorno híbrido con aplicaciones on premise y otras en la nube o las nubes, añade una mayor complejidad a la administración de todas estas arquitecturas.
Quizás los fabricantes deberían hacer un pacto para no ir tan rápido porque a las organizaciones y a los consumidores no les da tiempo a asimilar e implementar todas las innovaciones que lanzan al mercado. Una parte nada desdeñable del presupuesto de los proveedores se destina a I+D, pero luego no se corresponde la velocidad de venta de estas soluciones/productos con la adquisición de los mismos. De hecho, muchas de las necesidades de las compañías no son acordes con estos avances tecnológicos.
Paralelamente a esta sobre abundancia de novedades en la evolución de las redes nos encontramos con un déficit de talento. No se encuentran profesionales disponibles y muchos de los que ya están contratados no son fieles a la empresa y suele producirse la temida fuga. A ello se suma la necesidad de un cambio de mentalidad que debe acometer el personal cualificado para dar luz verde a la automatización u otras herramientas recién salidas del horno. Para suplir esta carencia, se tenderá a simplificar más los dispositivos con inferfaces intuitivas que faciliten su gestión.
Con la pandemia muchas organizaciones vieron que las conexiones MPLS y las VLAN no respondían a las exigencias que les imponía el negocio y los empleados (videoconferencias, reuniones virtuales, audio, imagen…) y decidieron dar el salto a SD-WAN para ganar en agilidad y seguir funcionando desde cualquier sitio acabando con los embudos y cuellos de botella que suponían los canutos de MPLS.
Y es que, no todos los edificios, oficinas o fábricas tienen los mismos tipos de acceso a infraestructura de fibra por lo que las redes WAN definidas por software aportan esa flexibilidad demandada redirigiendo y redireccionando el tráfico, independiente del operador, y responden a las necesidades de ancho de banda para abordar un mayor tráfico de salida.
Pese a que el teletrabajo se implementó de la noche a la mañana y las redes demostraron su fortaleza, la transición no se hizo todo lo bien que debiera desde el punto de vista de la seguridad. De hecho, este es todavía un reto por resolver que la estrategia SASE viene a solucionar.
La búsqueda de una seguridad distribuida, la incorporación de técnicas de microsegmentación de redes y reglas locales en firewall, la protección en entornos OT cada vez más conectados, políticas Zero Trust… son inquietudes y propuestas que toman forma en las empresas españolas.
Más que la conexión sea veloz, que corra más, lo importante es que sea segura. Pero es difícil poner barreras al campo. Aunque se implementen medidas de control, no se puede fiscalizar todo. Se junta que los ataques son cada vez más elaborados con la ignorancia del usuario y los famosos fallos humanos. Por esta razón es crucial llevar a cabo una tarea de concienciación y formación. Hay que entrenar al usuario en la cultura de red.
Además, se dibuja otro escenario. Muchas empresas han convertido en commodities las redes como consecuencia de la pandemia. En espacios de coworking utilizan las redes del propietario del edificio o local como sus redes corporativas, al igual que los switches, los AP… Todo parece apuntar a que esta tendencia seguirá creciendo dando lugar a la oficina como servicio; y este entorno hay que protegerlo adecuadamente.
La seguridad debe estar en el endpoint y en el acceso y debe ser la misma en cualquier ubicación. La gran aportación de contar con una red como servicio es que la organización siempre estará actualizada. Así las cosas, la clave de futuro radica en ir a servicios gestionados.
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