CONCLUSIONES

LA VOZ DE LA ESPAÑA VACIADA

Los operadores locales han sido, son y serán la voz de la España Vaciada. Han conseguido comunicar y conectar con diferentes tecnologías, mucho esfuerzo, dedicación y mimo a miles de personas en las zonas más recónditas y olvidadas del país, pero queda todavía mucho por hacer. Llevamos cinco años hablando de brecha digital y esta sigue abierta y parece que cada vez es más amplia. Las exigencias de los usuarios son mayores y las necesidades de este colectivo en lo que concierne a inversión y fondos también, eso explica que la penetración de banda ancha a 100 Mbps en las áreas rurales se quede en un 63% . Para aumentar este porcentaje la fibra está respondiendo adecuadamente, creciendo a gran escala, aunque llegar al cien por cien en 2025 quizás sea muy ambicioso. Ni que decir tiene que una parte importante de estas empresas han sido pioneras en el despliegue de fibra óptica con el desarrollo de redes propias. Gracias a ellas, el grado de implantación de FTTH/B ha colocado a España a la vanguardia respecto a la mayoría de los países de la Unión Europea.

De sus infraestructuras dependen muchos accesos, no sólo a nivel de viviendas, sino también de negocios. Y es que, muchos polígonos industriales también son zonas blancas, áreas que no tienen, al menos, una conexión de 30 Mbps y en la que no existen planes para su dotación en los próximos años. También son pequeños operadores los que gestionan esas necesidades de telefonía, cloud o centros de datos, entre otras, de cientos de compañías aportando acuerdos de peering y tránsito mejores que los grandes carrier.

Así pues, los operadores locales desempeñan un papel crucial atendiendo aquellos enclaves que los mayores no han querido cubrir. Su papel resulta vital para mitigar las desigualdades sociales y la brecha digital entre pueblo y ciudad. Han realizado una función impagable de servicio público, de interés general, erigiéndose como piedra angular del éxito de la digitalización que ha vivido el país.

Luchando contra viento y marea, se encuentra en constante evolución para mejorar las infraestructuras y los servicios que presta. Es más, durante la pandemia ha estado presente trabajando duro para optimizar y sobredimensionar sus redes y atender las demandas de conectividad de usuarios que se vieron de la noche a la mañana abocados al teletrabajo, la tele-eduación y las videoconferencias como vía de contacto con familiares, amigos y compañeros. Y demostraron lo preparados que están.

MÁS “CARIÑO” POR PARTE DE LA ADMINISTRACIÓN

Las ambiciones del Gobierno se centran en dotar de conectividad de banda ancha al cien por cien de España y los operadores locales son una pieza clave para hacer realidad este reto. Sin embargo, para llevarlo a buen puerto es imprescindible la colaboración de todos los actores implicados: administraciones públicas, proveedores y operadoras.

Bajo el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía , una propuesta que guía la ejecución de los 70.000 millones del fondo europeo Next GenerationEU a lo largo de los próximos años, el Ejecutivo contempla como una de las principales líneas de actuación la transformación digital. Y en base a ella cuenta con los planes de extensión de banda ancha, UNICO , y de impulso de 5G , entre otros. Unas iniciativas que han sido diseñadas para atender a las grandes telco nacionales, pero que no han tenido en cuenta a las pequeñas. O, al menos, de una manera equitativa. Esta ha sido una de las grandes reivindicaciones del sector. Por ejemplo, que estos programas “premiaran” a aquellos proyectos que incorporaban a un mayor número de municipios y que establecían un mínimo económico, mermaba la prestación de ayudas a los operadores locales.

Con este panorama, lo que reclaman estas empresas es un poco más de “cariño” por parte de la Administración Pública, que haya un compromiso real, que no se quede en palabras sino en hechos para no empeorar la brecha digital ni fomentar la desaparición de la competencia.

¿QUÉ PASA CON 5G?

Otra de las líneas de actuación del Ejecutivo se centra en el desarrollo de 5G, proyecto en el que los operadores locales aseguran que corren el riesgo de quedarse fuera y llegar tarde a la carrera. Para que la nueva generación de redes móviles sea efectiva se necesita espectro y su adjudicación quedará en mano de los cuatro grandes.

La propuesta que se planteó fue la creación de un operador neutro que impulsara la implantación de esta nueva tecnología en las zonas rurales, de forma que llegara al mismo tiempo que a las grandes metrópolis; así como la obligación mayorista de acceso a 5G.

Y es que, no pueden permitirse no entrar en este terreno de juego porque, a diferencia de la anterior generación (4G), la 5G no supone una evolución, sino una revolución. Sobre ella se sustentará la creación de industria. De hecho, entre las aplicaciones más claras de esta innovación figura la agricultura y la ganadería, actividades que pertenecen al entorno rural y que pueden asegurar un retorno económico de la inversión en estas redes celulares. O la Industria 4.0, que en muchas ocasiones tiene relación con núcleos alejados de las urbes que es donde se ubican las fábricas.

El objetivo común está en el aire: que el acceso a 5G sea una realidad para todos. Es el nuevo futuro y el operador local no puede quedarse al margen porque más de 7.000 pueblos que están por debajo de los 10.000 habitantes se quedarían sin conectividad.

“Lograr una mayor conectividad en España es una labor de todos”

MENOS BUROCRACIA

Uno de los aspectos que más preocupa al operador local es el legislativo, en tanto en cuanto la regulación permita un reparto más equitativo de los recursos. En este sentido, para llegar con fibra óptica a los municipios existen diferentes instrumentos como la oferta MARCo que permite el acceso a los conductos de Telefónica para que otros operadores desplieguen redes de nueva generación; o la utilización de infraestructuras eléctricas (conductos y cableados ya disponibles de las compañías eléctricas), para poder emplearlas para el despliegue de redes de comunicación junto con el cable de la luz.

Con el advenimiento de 5G, el sector se cuestiona qué va a pasar en un ámbito no regulado como el de los Operadores Móviles Virtuales (OMV) que afectó a los municipios pequeños. En 2017 la CNMC aprobó la desregulación del mercado mayorista de acceso a redes móviles por considerar que existía suficiente competencia, lo que instaba a retirarse las obligaciones regulatorias vigentes y seguir las recomendaciones de la Comisión Europea. Con la quinta generación a las puertas, el organismo regulador vigilará la adjudicación de frecuencias y cómo se aplican los fondos de recuperación: a quién se dan ayudas y cómo se arbitran. Mientras que en otros países como Alemania o Inglaterra se están cediendo frecuencias a otras empresas, en España no parece que vaya a suceder así tal y como se traduce del reciente anuncio del Gobierno de las condiciones de la subasta de 700 MHz .

Pero más allá del controvertido asunto del despliegue de 5G, los operadores tienen otros frentes abiertos como la creación de una NEBA local empresarial que proteja las inversiones elevadas realizadas en infraestructuras y asegure la competencia en un segmento monopolizado. Este tema es controvertido para el ente moderador pues las redes troncales tienen mucha competencia, con muchos operadores que ofrecen backhaul.

Independientemente de la tecnología implementada, lo que más inquieta a este colectivo son los trámites administrativos que han de realizar para acometer sus proyectos. Se ven abocados a luchar contra la burocracia de las administraciones públicas locales, pues son estos poderes los que autorizan la construcción de una torre de telecomunicaciones o el despliegue de fibra. Su queja se centra en la falta de consideración de las AA.PP. ante la pequeña iniciativa privada, con falta de subvenciones. Reclaman libertad para trabajar sin regulaciones excluyentes.

PROMETEDOR FUTURO

Hoy en día las oportunidades para el sector de los operadores locales son enormes. Covid-19 ha sacado a la luz la situación de la España Vaciada y la imperiosa necesidad de estar conectada para conseguir su repoblación y su viabilidad económica. Las administraciones públicas se han dado cuenta de este hecho y han empezado a mover ficha reorientando presupuestos y poniendo en marcha ayudas. Además, están entrando en nuestro país fondos de inversión extranjeros para crear infraestructuras. ¿Serán estos impulsos suficientes? Lo sabremos en más adelante, pero voluntad hay, y eso es fundamental para empezar a cambiar las cosas.

De la misma manera, la falta de oportunidades de pasados años ha provocado la salida de talento nacional. Ahora puede ser el momento de conseguir retenerlo y hacer retornar al emigrado. Es un gran desafío también y sobre todo para el entorno rural, como lo es el de superar los desequilibrios territoriales.

No obstante, podríamos decir que actualmente el operador local se encuentra en una situación muy sana, cada vez con mayor presencia en la implementación de redes. Uno de los motivos que ha hecho posible su crecimiento y fomentará el desarrollo futuro será la compartición de infraestructuras, una operación que permite la optimización de recursos y un time to market inmediato. También se ha observado una reunificación brutal de empresas para hacer frente a las grandes y poder competir en condiciones más paritarias.

Sin embargo, aunque se ha experimentado un boom en el despliegue de infraestructuras tanto fijas como inalámbricas, la carrera anda por otros derroteros. Las necesidades de la sociedad están cambiando y hay que ponerse las pilas. Ante estos actores se plantea otro reto: cumplir con la Agenda 2025 y 2030 . Si bien la primera ambiciona que el 100% del territorio nacional disponga de una conexión a Internet de banda ancha de al menos 100 Mbps, la segunda ya habla de Gigabit. Esto son palabras mayores porque, siendo realistas, muchos operadores locales no están pensando en capacidades tan altas y se sienten cómodos ofreciendo 5 ó 10 megas. Bien es cierto que con esas velocidades era más que suficiente para ciertos entornos, pero la pandemia ha impuesto otras “exigencias” y se cuenta con tecnología y bandas habilitadas para ofrecer mucha más cobertura -orografía mediante-, en espacios rurales. Han sido y están siendo las estrellas durante este convulso año, pero necesitan un empujón para pasar a modelos de negocio de 100 Mbps en adelante. Todo un llamamiento para gobiernos nacionales, autonómicos, regionales y municipales, asociaciones y proveedores para incentivar esta actualización.

En definitiva, los operadores locales han hecho y hacen posible la democratización del acceso a Internet, auténticos responsables de la digitalización del país y figura clave en el desarrollo de la infraestructura de banda ancha en el mercado español. Continuamente reinventándose, han ido incorporando nuevos servicios de proximidad, siempre ligados a sus grandes valores de cercanía y mimo en la atención al cliente. Su crecimiento en el último año ha sido muy fuerte y queda de manifiesto que serán los proveedores principales en la España Vaciada. Su rol diferenciador en el presente y en el futuro es más clave que nunca. Serán imprescindibles en la recuperación del país y en la meta de llevar la conectividad a todos los rincones de España. Ese es su compromiso.

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