LA ESPAÑA DIGITAL
VACIADA

Organizado por Redes&Telecom

INTRODUCCIÓN

El 31 de marzo de 2019 hubo en Madrid una manifestación multitudinaria para poner en evidencia la situación de abandono y olvido de lo que se ha dado en llamar la España Vaciada. Zonas -predominantemente rurales-, de nuestro país que han sufrido y padecen actualmente el éxodo masivo de sus habitantes y que está llevando irremediablemente a la despoblación. Soria, Teruel, Cuenca, Extremadura y otras tantas provincias, pueblos e incluso ciudades medianas (como Talavera de la Reina, en Toledo) reclaman una solución que haga posible incentivar el potencial socioeconómico de sus respectivas regiones. En muchos de estos casos ese impulso pasa por la prestación de servicios de telecomunicaciones que les permita estar “conectados” con el resto del mundo.

La Agenda Digital Europea establece que en 2020 el cien por cien de los ciudadanos del viejo continente disfruten de cobertura de banda ancha de 30 Mbps o superior y que, al menos la mitad, cuenten con más de 100 Mbps. A estas alturas del año, en nuestro país nos encontramos bastante lejos de alcanzar estos objetivos. Aunque el Gobierno ha puesto en marcha diferentes iniciativas para asegurar esa conexión mínima de calidad, como el controvertido Plan PEBA, son los operadores locales -y no los grandes- los que están haciendo el trabajo desplegando la infraestructura necesaria para cubrir estas necesidades ya sea iluminando con fibra o con tecnología inalámbrica, o ambas.

Redes&Telecom, en colaboración con Cambium Networks, ha organizado un desayuno de trabajo para debatir sobre la España Digital Vaciada y encontrar posibles soluciones a esta problemática. Al encuentro han asistido las compañías Akiwifi, Cellnex Telecom, Lyntia y Vaecom.

CIFRAS

+10 Mill.

de españoles en zonas rurales no tienen acceso a Internet de 30 Mbps (MEE)

13,6%

de los hogares españoles están excluidos del universo digital (INE)

4,4 Mill.

de ciudadanos españoles nunca han utilizado Internet (INE

24

puesto de España entre los Estados Miembros en hogares conectados (Eurostat)

100 Mbps

es una quimera para el 90% de los núcleos de población (SEAD)

730.000

gallegos no pueden acceder a redes de alta velocidad (SEAD)

PROTAGONISTAS

“Pese a 5G, los operadores locales, las tecnologías inalámbricas o la fibra todavía van a tener mucho espacio y recorrido; sobre todo en zonas diseminadas o menos densamente pobladas”

Akiwifi

Javier García, director de Desarrollo de Negocio

“Internet es un derecho fundamental para todo el mundo. En las zonas rurales de España se proporciona desde hace años, ahora hay que extenderlo de una forma más amplia y proactiva a todos los ámbitos y entornos, independientemente de la tecnología que se utilice”

Cambium Networks

Javier Gómez, regional director para el Sur de Europa de Cambium Networks

“El objetivo es que esta España vaciada disponga de los servicios de conectividad que necesita con independencia de la tecnología a la que tenga que recurrir para ello”

Cellnex Telecom

Juan José González, head of IoT y Smart Business Line

“Estamos solucionando una brecha digital que existe y seguirá existiendo porque es dinámica. En España el gap es más notable porque donde hay conexión, es muy buena”

Lyntia

Gilberto Sánchez, Strategy Advisor

“Tenemos un gran volumen de operadores locales que pueden cubrir esta necesidad. Invirtamos más en la red troncal, no tanto en las redes de acceso de última milla, y dejemos al operador local operar localmente”

Vaecom

David Vaello , CEO

CONCLUSIONES

LA DESCONEXIÓN FUERZA LA DESPOBLACIÓN

Internet es un derecho universal, pero no todos los españoles pueden disfrutarlo. La brecha digital en nuestro país existe y va a seguir existiendo. Como consecuencia de ella se está produciendo una despoblación en el entorno rural; o, en otras palabras, está provocando una fuga de jóvenes de los pueblos a grandes ciudades. Una de las razones es que no ven una alternativa de futuro. No pueden montar un negocio ni tener conexión. Según cifras de 2018, de los cerca de 8.100 municipios existentes en nuestro país, 2.800 carecen de conexión. Podríamos decir que alrededor del 20% de la población no posee un acceso de calidad. Hay localidades de 300-500 habitantes no tienen infraestructura a nivel de red.

Pero la desconexión rural en España “va por barrios”. Es decir, existen regiones más desfavorecidas que otras. Galicia o Castilla y León son las peor paradas. En cambio, Levante y Andalucía, que atraen gran turismo, no suelen sufrir problemas de comunicación tan acuciantes y se produce una concentración de operadores. En esta fotografía también aparecen las zonas blancas que no disponen de cobertura de redes de banda ancha de nueva generación, ni previsión para su dotación en el plazo de tres años.

Solucionar este desnivel se ha convertido ya en una cuestión social. De aquí a 15 años en las escuelas todos los alumnos tendrán un dispositivo móvil. El smartphone se ha convertido en una extensión de la mano y esto ocurrirá en todos los entornos, ya sean rurales o urbanos. Hace unos años se trataba de tener o no acceso a Internet. Ahora, ya no sirve con tener simplemente acceso, porque éste ha de ser de mayor velocidad. En España ese gap es más notable que en otros países porque donde hay conexión, suele ser muy buena, y la diferencia se agranda respecto a los que no la poseen. La penetración de fibra óptica en el hogar es mayor que en los países escandinavos o que en Alemania o Reino Unido. Esto ha ocurrido en las grandes ciudades, pero en zonas con problema de baukhaul o redes de retorno la brecha se hace más notable en la actualidad.

TECNOLOGÍA FACTIBLE

El 1 de enero de 2020 las operadoras deberán dar acceso 5G. El problema es que en el entorno rural no llega ni 3G, ni 4G y se duda mucho que lo haga 5G. Hay compromisos políticos para que se cumpla esta agenda, pero 2020 está a la vuelta de la esquina. Conseguir que las redes móviles funcionen en estas zonas supone hacer muchos números y una gran inversión y gasto. Otro tanto ocurre con el satélite, que no está respondiendo como se esperaba para dar conexión. Por el contrario, las tecnologías basadas en Wi-Fi / Wimax permiten hacer despliegues mucho más económicos. El mercado cuenta ya con antenas que ofrecen hasta 100 megas y Europa pide 30, una velocidad que para el usuario medio le llega y le sobra. El planteamiento de servicios basados en inalámbricas es más económico y permite salvar distancias. Paralelamente a estos accesos, se impone la fibra como alternativa complementaria que puede presumir de una capacidad de ancho de banda infinito.

La tecnología factible estará compuesta por soluciones híbridas o mixtas. Se podrá recurrir a Wi-Fi en ubicaciones con carencias para dar cobertura de otra forma, e incluso para desarrollar negocios en las propias metrópolis. Pero estas redes se enfrentan a inconvenientes de suministro eléctrico. A veces la conexión es muy precaria porque los emplazamientos donde se colocan los equipos (campanarios, árboles, casas, etc) están sometidos a interferencias al encontrarse a la intemperie. Es mayor el número de incidencias en radio que en fibra. Se plantea esta última modalidad citada, por ejemplo, para cubrir un gran porcentaje de zonas blancas, tirándola desde las torres de comunicaciones, es lo que se conoce como Tower to the fiber (TTTF).

La clasificación para determinar cuál es la mejor propuesta de la industria podría establecerse entre localizaciones con usuarios diseminados o de alta densidad. Es necesario analizar la expansión que va a tener una red: en porcentaje poblacional y porcentaje territorial. En los edificios resulta muy barato tirar fibra en vertical, mientras que en las zonas rurales con habitantes muy dispersos el modelo inalámbrico es más económico. Hay mercado para todos.

EL REINO DE LOS PEQUEÑOS OPERADORES

Internet es un servicio básico que debe brindar Telefónica en todo el territorio como operadora incumbente que es. Sin embargo, son las telco pequeñas y locales las que están dando una respuesta en las zonas más despobladas.

En España hay más de 3.000 operadores dados de alta en la CNMC, de ellos aproximadamente 1.000 están activos y prestan servicios de telecomunicaciones.El pequeño operador nació como un WISP (del inglés Wireless Internet Service Provider), proporcionando en los pueblos Internet con una red basada en conexiones inalámbricas. Wi-Fi, que en sus inicios no estaba pensada para hogares, se asentó como la tecnología idónea para estos enclaves y actores, pues permite amortizar infraestructuras en 5 o 6 meses.

El gran valor de estas figuras es que conceden una atención al cliente personal e inmediata, pormenorizada. Llevan operando más de una década, pero no salen en las estadísticas y son los auténticos protagonistas del mundo rural. Actualmente continúan creciendo en clientes y facturación. Tal es su ascenso que el mercado se está reunificando y concentrando e, incluso, en algunas áreas existe cierta saturación de forma que no tienen espacio en antenas para ubicar sus soluciones. Su evolución les ha llegado a extender más su huella, montando nódulos en localidades próximas para extender su radio de acción; y a contar con una remesa importante para invertir en otras tecnologías como fibra.

Sin embargo, en su avance se han topado con la limitación de las redes backbone: el problema de unir esas conexiones por fibra óptica que ofrecen en localidades con las de otras poblaciones, de ahí que una de sus demandas actuales sean la configuración de troncales en comarcas. No obstante, están barajando como otra opción el uso de postes de Telefónica. La aprobación el pasado mes de mayo de la oferta mayorista MARCo de acceso a registros, conductos, arquetas, postes… hace posible el uso de la infraestructura física de la compañía presidida por José María Álvarez-Pallete para otros operadores desplieguen redes de nueva generación en zonas de baja densidad de población.

INVERSIÓN PÚBLICA

Ante el panorama de la España Digital Vaciada, se antoja imprescindible llamar a la inversión local o extranjera para cambiar las tornas. En el caso de nuestro país, la colaboración de la Administración Pública es y será muy importante. En este sentido, ha habido movimientos con la puesta en marcha de diferentes planes gubernamentales, sin embargo no han terminado de lograr el objetivo buscado de que los activos se quedaran en ese pueblo. La razón es que muchas poblaciones acuden a fondos públicos para hacer una implantación, pero se trata de fondos de inversión, de manera que cuando ya han realizado la instalación necesitan más dinero para poder mantenerla, pero no lo tienen. Carecen de Opex, sobre todo los municipios pequeños.

A todo ello hay que añadir unas trabas administrativas importantes que frenan los proyectos. Para solventar el problema de las zonas blancas Red.es presentó una iniciativa para llevar al menos 30 Mbps en estas áreas. Sin embargo, menos de una treintena operadores se han apuntado a la misma debido a una cuestión de importes, y también a lo enrevesado del procedimiento. Asimismo, las grandes telco han sido las que han recibido las ayudas para conectar estos “puntos ciegos”, y es que cuentan con la ventaja de su tamaño, que les permite hacer lotes para cubrir territorios más amplios y apretar los márgenes.

También el Plan PEBA (Programa de Extensión de la Banda Ancha de Nueva Generación) ha dejado al pequeño operador fuera, debido a la cuantía mínima de 100.000 euros que exigen, siendo muy inferior la cantidad necesaria para llevar Internet a un pueblo.

Otro caso es WiFi4EU. Aunque esta propuesta europea podría ser una forma de dinamizar la conectividad en los ayuntamientos rurales, con menos posibilidades, la realidad ha sido que entre los más de 700 consistorios españoles que se han beneficiado de estos bonos se encuentran ciudades como Gijón, Castellón de la Plana, Sevilla, Torrelodones… El plan está orientado a entornos rurales, pero se ha distribuido de forma liviana. Ha fallado la promoción y una labor educativa para prevenir ese lucro que al final ha atraído.

EL VALOR DE LA CONEXIÓN

El tiempo apremia. La Agenda 2020 es el futuro inmediato. Habrá que ver si el compromiso de la Administración con la UE, que se articula a través de la liberación de la banda de 800 Mhz para que los operadores titulares de concesiones de dominio público radioeléctrico en esta franja (Orange, Telefónica y Vodafone) ofrezcan la cobertura al menos al 90% de los habitantes de poblaciones de menos de 5.000 habitantes, se cumple en menos de seis meses.

No obstante, se duda de que -en caso de que consigan cumplir con los plazos- los límites de descargas que ofrezcan resuelvan los problemas de conectividad de los usuarios finales, como la reproducción de un vídeo. Y es que se abre otro debate: las expectativas y necesidades reales del usuario. El dispositivo será el que mande y al consumidor le importará poco la tecnología que haya detrás. Determinará a cuál servicio tiene acceso y cómo se ejecuten no le interesará.

España es un país de pymes y muchos clientes no tienen grandes exigencias. Es decir, no hay que perder el sentido común. Probablemente en unos años nos comunicaremos con hologramas, pero ¿necesita un granjero ver a su piara de cerdos en 3D? Puede que sí, o no. Probablemente le interese más un sistema automatizado y conectado para dar de comer a los animales. Lo cierto es que en muchas poblaciones de España no se puede pagar con datáfono y quizás sea esa una exigencia más apremiante.

El argumento del valor que se le da a la conexión es el que prevalecerá. Pero ¿cuánto estamos dispuestos a valorar el acceso a Internet? En los hoteles la conectividad ya aparece entre las prestaciones básicas, más allá de limpieza de las instalaciones, calidad del desayuno… Dar este servicio tiene un coste importante para las operadoras a nivel de infraestructuras. Y más en entornos rurales. Las personas no se plantean cómo llega esa conexión, pero requiere un tiempo de implantación, solventar complicaciones técnicas y mucha, mucha inversión, ya sea fibra o radio. Además, el sector de las telecomunicaciones es muy poco agradecido por parte de los clientes y tiene que enfrentarse también a un alto grado de infidelidad.
 

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