EL CAMINO HACIA
EL SMART WI-FI

Organizado por Redes&Telecom

INTRODUCCIÓN

Hace casi 22 años, concretamente el 30 de septiembre de 1999, se lanzó el estándar 802.11b, conocido como Wi-Fi. Actualmente es el principal modo de acceso a Internet, soportando en 2022 el 51% de los accesos a escala global (64% en España), frente a la conectividad por cable (29%) y celular (20%). Y todo hace apuntar a que las cifras irán en aumento.

No en vano, el número de dispositivos conectados, tanto en el entorno doméstico como en el empresarial, continúa creciendo a marchas agigantadas, superando, con mucho, al número de personas que lo hacen. Estas, a su vez, demandan cada vez más calidad y fiabilidad en sus comunicaciones inalámbricas, sobre todo tras la experiencia vivida con el confinamiento provocado por la pandemia de Covid-19. No es para menos, el teletrabajo, la educación en remoto o las videollamadas se han popularizado y han impuesto un nivel de exigencia elevado de cara al usuario.

En este contexto, el último estándar de esta tecnología, Wi-Fi6, proporciona mejoras en términos de velocidad/latencia, capacidad, fiabilidad y eficiencia energética. Por otro lado, los sistemas Mesh o de malla conceden, no sólo mayor cobertura, sino también la posibilidad de incorporar herramientas de administración de redes como control parental, gestión del tráfico o autodiagnóstico en caso de problemas técnicos, entre otros servicios. La evolución hacia un Smart Wi-Fi está en marcha.

Pero más allá de esas conexiones óptimas y de valor añadido, se demanda por encima de todo una red confiable y segura. La seguridad es un requisito imprescindible hoy más que nunca teniendo en cuenta la democratización de este modo de acceso y su crecimiento futuro. Es el gran reto del sector, así como la coexistencia con 5G. El empuje de la nueva generación de redes móviles y su despliegue hace plantearse a las empresas qué tecnología les compensa y les resulta más adecuada a su modelo de negocio.

Redes&Telecom, en colaboración con CommScope RUCKUS, ha organizado un desayuno virtual para hablar sobre Wi-Fi. Al encuentro han asistido representantes de Delaviuda Alimentación, Merlin Properties, Procter & Gamble España, la Universitat Oberta de Catalunya y Veritas Intercontinental.


PROTAGONISTAS

“El coste de celda en 5G es significativamente mayor, eso hará que la apuesta sea por Wi-Fi6 en el sector Enterprise”

CommScope RUCKUS

Bernardo Gómez, responsable de ventas de la división de Networking


Carlos Durán,
CTO
DELAVIUDA ALIMENTACIÓN

Álvaro Ontañón,
CIO
MERLIN PROPERTIES

Roberto Melián,
Director de TI
PROCTER & GAMBLE ESPAÑA

Eva Patricia Gil,
Directora de Gestión de Procesos del Área de Tecnología
UNIVERSITAT OBERTA DE CATALUNYA

Marco Merino,
CIO
VERITAS INTERCONTINENTAL

CONCLUSIONES

EVOLUCIÓN HACIA EL SMART WI-FI

Las tecnologías inalámbricas están en constante evolución. El reciente estándar del mercado es Wi-Fi6, pero la industria progresa tan rápido que ya hay avances en esta actualización y empezamos a oír hablar de Wi-Fi6E y Wi-Fi7. El salto experimentado por estas comunicaciones ha sido tal que ha dibujado el camino para ir hacia entornos multigigabit pero vía radio, concediendo una conectividad similar al cable.

Uno de los motivos cardinales que explica este desarrollo no es tanto proporcionar más velocidad sino conceder más capacidad. El sector trabaja en la configuración de redes de comunicaciones convergentes porque ya no es una persona la que se conecta a una red inalámbrica, son millones y millones de dispositivos procedentes del mundo M2M e IoT. Ese ingente número de sensores, electrodomésticos, gadgets, máquinas…, tanto del ámbito doméstico como empresarial, es lo que está incentivando el crecimiento de estas conexiones wireless. Y las cifras seguirán incrementándose. Así pues, la importancia disruptiva de estos servicios Wi-Fi llega de la mano de las nuevas arquitecturas IoT.

Ante la alta concurrencia que se nos viene, se antoja fundamental el dar un servicio de calidad. El protocolo Wi-Fi6 ofrece mejoras en términos de velocidad y latencia, de capacidad, fiabilidad y eficiencia energética, pero a estas comunicaciones se les va a pedir una gratificante experiencia de uso por parte de los consumidores, a muchos de los cuales no les importará compartir sus datos a cambio. Esto despierta el campo de visión hacia otros derroteros como la analítica -tanto del comportamiento de un individuo, como de una máquina, como de las propias redes- y el digital marketing.

HORIZONTE SIN CABLES

Según datos del INE, en el año 2020 en España, el 93,2% de la población de 16 a 74 años utilizó Internet en los últimos tres meses, 2,5 puntos más que en 2019. Una explicación de esta abrumadora cifra tiene que ver con la pandemia, el confinamiento y el teletrabajo, bien es cierto, pero la tendencia es clara.

En este contexto, Wi-Fi se ha convertido en el principal modo de acceso a la Red de redes tanto en hogares como en oficinas. Mientras que en las casas ya era habitual utilizar esta conexión (no hay tantos RJ-45 habilitados para tanto aparato), en los centros de trabajo seguía ocupando un lugar destacado el cable. Con la llegada de Covid-19, las empresas han emprendido una metamorfosis tal que ha llevado, en muchos casos, a la transformación de los edificios y espacios que ocupaban eliminando mucho cableado y dejando la red inalámbrica como enlace prioritario. A ello debemos añadir que con el teletrabajo los empleados recurrieron a su Wi-Fi local, lo que les permitió seguir funcionando durante un periodo largo de tiempo, de manera que quedó patente la valía de estas comunicaciones. Teniendo en cuenta que, a tenor de lo que vaticinan los expertos, nos dirigimos hacia una realidad laboral mixta, donde se busca la rotación de toda la plantilla, con un fuerte enfoque remote first y de puesto de trabajo móvil, Wi-Fi puede presumir de un prometedor futuro. Eso sí, no está exento de grandes desafíos como brindar soluciones seguras y robustas para dar un buen servicio. Cumplir con el paradigma de trabajar en casa con las mismas condiciones que en una oficina consiguiendo que el empleado “se monte” en su vivienda un workplace adecuado no es fácil y hay mucha legislación que definir aún. Ante esta disyuntiva, muchas organizaciones empiezan a plantearse si tiene sentido invertir en cables o switches o si es mejor hacerlo en antenas. Sobre todo, aquellas que ocupan grandes espacios y a las que, por argumentos económicos, no les compensa cablear.

Depende de cada modelo de negocio de cada empresa en particular y muchas de estas compañías necesitan certificaciones, auditorías, referencias… para dar el paso pues su velocidad de adaptación es más lenta que la del consumidor final. Pese a ello, Wi-Fi se manifiesta como una herramienta que va a hacer posible crecer en el proceso de digitalización, mientras que el cable “nos va a atar”. Tendrá mercado, por supuesto, pero el camino es inalámbrico.

SEGURIDAD CON MAYÚSCULAS

El gran reto de las redes Wi-Fi es la SEGURIDAD. Si cada vez van a ser empleadas por más gente y máquinas, además de brindar una atención óptima, han de prestar una conexión fiable, consistente y a prueba de ataques y robos de información. Con la actual crisis sanitaria muchos departamentos de TI se vieron obligados a gestionar la nueva conectividad híbrida y deslocalizada con las suficientes garantías de seguridad, con un amplio despliegue de dispositivos portátiles, accesos VPN, configuración de escritorios virtuales o VDI… buscando siempre una gestión óptima del tráfico.

Con este cambio de paradigma en la sociedad, la seguridad inquieta todavía más. A pesar de tener unas comunicaciones robustas y sólidas, las empresas no se pueden permitir que un usuario se conecte sin garantías por lo que han de mitigar y reducir los riesgos. La tecnología aporta respuestas, pero cuanto más se quiera acotar la superficie de ataque, más costoso va a ser. Limitar la capacidad de acceso con dispositivos personales y facilitar equipos corporativos a los trabajadores para poder ejercer un control sobre los mismos, seguir estrategias Zero Trust, llevar a cabo auditorías, imponer la doble autenticación, la conexión móvil para empleados itinerantes y una Wi-Fi para invitados que los aísle del entorno corporativo y evite la entrada a los sistemas, son algunas de las prácticas más comunes. Asimismo, la nueva versión Wi-Fi6 contempla el estándar WPA3 (Wi-Fi Protected Access o acceso Wi-Fi protegido 3), sucesor de WPA2 y que permite que los datos que se transmiten a través de una red de este tipo sean privados y no puedan ser interceptados por una tercera persona, para tal fin se sirve de un cifrado de 192 bits en vez de 128 bits.

Empero a la mejora de estos sistemas de encriptación (WPA2 se lanzó en 2004 y ha estado en activo 15 años), algunas organizaciones -que necesitan una seguridad cien por cien por la información sensible que manejan y las relaciones que tienen con otros países fuera del mundo Occidental mucho más expuestos a vulnerabilidades-, se fían más del cable. La casuística influye mucho, pero la realidad es que, a día de hoy, contamos con mecanismos de certificación en el mundo inalámbrico tan eficaces como en el mundo del cable. En definitiva, se trata de un asunto de diseño de la arquitectura y de aplicación de best practices. La clave está en hacer una definición de red exhaustiva, pues debemos saber qué se conecta a ella y cómo. Hay que autenticar los accesos, monitorizar los dispositivos y definir una serie de mínimos que han de cumplir estos para conectarse a la infraestructura corporativa.

“El futuro modelo de trabajo híbrido y el aumento imparable del número de dispositivos conectados está impulsando el crecimiento de las redes Wi-Fi”

COEXISTENCIA CON 5G

5G se plantea como una opción frente a la Wi-Fi y esta posibilidad abre el debate acerca de la compatibilidad y coexistencia de ambas tecnologías. Aunque pudiera hablarse de la desaparición de la segunda, todo apunta a que convivirán. De hecho, los fabricantes de sistemas wireless afirman que los propios operadores que están desplegando la nueva generación de conectividad celular evalúan Wi-Fi6 como una nueva alternativa al offloading de sus redes de comunicaciones GSM (donde la transmisión de datos era marginal). Propuestas como Passpoint y Hotspot 2.0 son claros avances en la labor de autenticación en puntos de acceso públicos y son una muestra de que el objetivo que persigue la industria es que el usuario medio viva una experiencia homogénea independientemente del medio desde el que se comunique.

Asimismo, a día de hoy podemos decir que en 5G hemos pasado del marketing a la realidad. Vodafone ha presentado una red SA, una innovación que exhibirá todo el potencial que promete esta generación móvil. Precisamente, las telco trabajan con suministradores de Wi-Fi en temas de acreditación con Hotspot 2.0. Gracias a estos acuerdos, las operadoras darán más capilaridad de banda ancha sin necesidad de hacer un despliegue adicional de infraestructura.

En cuanto a prestaciones son muy similares, concediendo ambas latencias ultrabajas equiparables. Tecnologías complementarias, se considera que cada una tendrá su propio nicho de aplicación. Wi-Fi triunfará en empresa, tanto en indoor como en outdoor, y 5G lo hará en movilidad en exterior, sin menoscabar el uso en interiores. La principal razón de esta diferenciación radica, como no podía ser de otra manera, en el coste del despliegue de las celdas que en el caso de las conexiones celulares es mayor. Como puntualización hemos de decir que para implementar 5G hay que pagar al Estado una licencia, mientras que en Wi-Fi no. Sea como fuere, los departamentos de TI están sujetos a presupuestos y cualquier cambio tecnológico tiene que venir respaldado por un ROI muy definido, porque tienen que convencer al equipo directivo con un modelo presupuestario asequible, inexclusablemente ahora, en plena pandemia y con unas cuentas que no pasan por su mejor momento.

Otra explicación tiene que ver con el uso que se hace de las redes inalámbricas que ya no sólo se emplean por personas, sino sobre todo por dispositivos. Esto ha ocasionado que los proveedores evolucionen sus productos y ya en Wi-Fi6 no se habla de puntos de acceso Wi-Fi, sino de nodos de comunicaciones multitecnología donde un propio punto de acceso además de dar conexión inalámbrica en esta versión, tiene capacidad para comunicar instrumentos IoT en Zigbee, Bluetooth low energy, LoRa…Y es que, aunque las operadoras ofrezcan atractivas tarifas de datos móviles, la gente quiere Wi-Fi porque, en espacios de mucha densidad (como grandes centros comerciales, por ejemplo), las infraestructuras bien dimensionadas de estas redes inalámbricas funcionan mejor que las antenas de 4G y 5G.

Vivimos en la era de la conectividad ubicua, en cualquier lugar y momento. 5G y Wi-Fi son dos estándares catalizadores para entrar en esta revolución 4.0. y el porvenir se dirige hacia comunicaciones convergentes.

VÍDEO RESUMEN

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